[“…falleció escolar en el Callao como consecuencia de unatuberculosis agresiva, las autoridades de educacion y de
salud se han puesto alerta….”
[Diario El Comercio, agosto, 1960]
Había yo recién llegado a la pubertad
e ingresaba al segundo de secundarien el colegio san Antonio
el mar perfumaba el puerto del callao y lo envolvía como un papel de celofán
mi hermano raúl libraba su propia batalla
[Diario El Comercio, agosto, 1960]
Había yo recién llegado a la pubertad
e ingresaba al segundo de secundarien el colegio san Antonio
el mar perfumaba el puerto del callao y lo envolvía como un papel de celofán
mi hermano raúl libraba su propia batalla
y yo la mía
entre noches de insomnio, clavos oxidados ycaminatas a la noche
en aquellos días en que aun las estrellasno duelen y el amor
todavía es un pedazo de humo congelado
entre noches de insomnio, clavos oxidados ycaminatas a la noche
en aquellos días en que aun las estrellasno duelen y el amor
todavía es un pedazo de humo congelado
en la mano
yo ya estaba en plena pubertad
y el arbolito de la puerta de mi casa se había convertido
en el paradero obligado de los perros del barrio y sus alrededores
había fumado mi primero segundo y hasta tercer cigarrillo
y descubierto entre las estrellas remotas de mi pecho
a mi propio enemigo.
sentía que me estaba rebelando contra el cielo
y contra el infierno
sueño indivisible/linterna solitaria/mirada húmeda /sandalia de cuero
de pronto descubrí a mónica
extrañamente caminaba como una avispa huraña
entre la gente del mercado en el puerto del callao
me percaté que sus brazos eran ridículos
sus piernas adorablemente ridículas
y su rostro semejaba una bella tarde de hastío
cuando volví a encontrar a mónica en el mercado
descubrí además que su caminar era ayudado por el viento
y entre sus huesos solos
silbaba el silencio como quien se pasea en la azotea mas alta
cuando me volví a encontrar a mónica
ya había soñado con ella unos cuantos meses de invierno
y el recuerdo de su caminar crecía entre mi cabello cómplice
y su beso ausente
cuando me encontraba con mónica en mis sueños
ella solía recostarse en un oxidado alambre de púas
mientras buscaba una mano para despedirse de alguien
otras veces ella me miraba desde lejos
y me decía cosas en un extraño lenguaje que no lograba entender
y luego se marchaba silenciosa como un hilo se marchaba
tapándose la boca con un trapo que se tornaba rojo mientras
se alejaba
entre la madrugada fría cancelándome el sueño
mientras mi corazón nevaba
cuando me volví a encontrar con ella entre los brillantes delincuentes
la perdida gente del mercado y las legumbres y las frutas
descubrí además que en vano no transcurre el tiempo
que sus ojos se habían tornado más viejos
que su caminar sensual ya no dejaba huellas sobre el asfalto
sus senos flacos descompasadamente flameaban al viento
sus brazos maravillosos y ridículos caían como dos trapos
desde los hombros
y cuando miraba a la gente era como si se estuviera despidiendo
la última vez que vi a mónica ya no pude descubrir nada nuevo
simplemente que el horizonte blanco
había trazado una línea horizontal y eterna sobre sus ojos marrones
su pecho plano permanecía inmóvil entre el olor de las flores y la madera
y la gente le había lanzado de manera irreverente
un puñado de tierra sobre el corazón
sin respetar sus piernas ridículas y sus labios eternos
y ahora
que ya no encuentro mas a mónica en los mercados
y la noche se ha tornado un pedazo de sombra
que golpea sin cesar las ventanas y mis cuadernos
monica:
la invasora eterna de mis madrugadas se ha convertido
simplemente en esto
un recorte de periódico, una caminata sin sonido
un puñado de tierra y hierba que nunca me atreveré a lanzarle
sobre su pecho plano y su corazón
seco.
yo ya estaba en plena pubertad
y el arbolito de la puerta de mi casa se había convertido
en el paradero obligado de los perros del barrio y sus alrededores
había fumado mi primero segundo y hasta tercer cigarrillo
y descubierto entre las estrellas remotas de mi pecho
a mi propio enemigo.
sentía que me estaba rebelando contra el cielo
y contra el infierno
sueño indivisible/linterna solitaria/mirada húmeda /sandalia de cuero
de pronto descubrí a mónica
extrañamente caminaba como una avispa huraña
entre la gente del mercado en el puerto del callao
me percaté que sus brazos eran ridículos
sus piernas adorablemente ridículas
y su rostro semejaba una bella tarde de hastío
cuando volví a encontrar a mónica en el mercado
descubrí además que su caminar era ayudado por el viento
y entre sus huesos solos
silbaba el silencio como quien se pasea en la azotea mas alta
cuando me volví a encontrar a mónica
ya había soñado con ella unos cuantos meses de invierno
y el recuerdo de su caminar crecía entre mi cabello cómplice
y su beso ausente
cuando me encontraba con mónica en mis sueños
ella solía recostarse en un oxidado alambre de púas
mientras buscaba una mano para despedirse de alguien
otras veces ella me miraba desde lejos
y me decía cosas en un extraño lenguaje que no lograba entender
y luego se marchaba silenciosa como un hilo se marchaba
tapándose la boca con un trapo que se tornaba rojo mientras
se alejaba
entre la madrugada fría cancelándome el sueño
mientras mi corazón nevaba
cuando me volví a encontrar con ella entre los brillantes delincuentes
la perdida gente del mercado y las legumbres y las frutas
descubrí además que en vano no transcurre el tiempo
que sus ojos se habían tornado más viejos
que su caminar sensual ya no dejaba huellas sobre el asfalto
sus senos flacos descompasadamente flameaban al viento
sus brazos maravillosos y ridículos caían como dos trapos
desde los hombros
y cuando miraba a la gente era como si se estuviera despidiendo
la última vez que vi a mónica ya no pude descubrir nada nuevo
simplemente que el horizonte blanco
había trazado una línea horizontal y eterna sobre sus ojos marrones
su pecho plano permanecía inmóvil entre el olor de las flores y la madera
y la gente le había lanzado de manera irreverente
un puñado de tierra sobre el corazón
sin respetar sus piernas ridículas y sus labios eternos
y ahora
que ya no encuentro mas a mónica en los mercados
y la noche se ha tornado un pedazo de sombra
que golpea sin cesar las ventanas y mis cuadernos
monica:
la invasora eterna de mis madrugadas se ha convertido
simplemente en esto
un recorte de periódico, una caminata sin sonido
un puñado de tierra y hierba que nunca me atreveré a lanzarle
sobre su pecho plano y su corazón
seco.
rv
No hay comentarios:
Publicar un comentario
que comentario te merece lo visto